Hay algo curioso que sucede con el bambú japonés. Uno coloca la semilla en la tierra, la abona y la riega, pero durante los primeros meses no sucede absolutamente nada.
Si después de un año nos acercamos a ver de qué tamaño está la planta, nos llevaremos una gran decepción: no se ve el bambú por ninguna parte. Y lo mismo ocurre al segundo y al tercer año. Es más, durante los primeros seis años no pasa nada con esa semilla.
Sin embargo, al llegar al séptimo año, en un período de 6 semanas, el bambú comienza a crecer hasta alcanzar más de 30 metros de altura.
Hay quienes piensan que el bambú japonés necesita solamente 6 semanas para crecer, pero la verdad es que ese proceso le toma seis años y seis semanas.
Durante el período de aparente inactividad se dedica a desarrollar un complejo sistema de raíces que le permite sostener al crecer.
Al igual que el bambú japonés, muchas veces estaremos en situaciones donde parece que nada está sucediendo en nuestras vidas y eso puede ser frustrante. En esos momentos, debemos recordar que el triunfo es el resultado de un proceso que requiere tiempo y dedicación.
"Los pequeños esfuerzos de cada día son las raíces que sostienen el gran árbol del éxito".