ECONOMÍA DE FICHAS
Es una técnica específica para desarrollar conductas incipientes y también para disminuir conductas problemáticas.
En ella intervienen el reforzamiento positivo (las fichas que el alumno ganará por las respuestas deseadas) y el castigo negativo (las fichas que perderá por hacer conductas no deseadas).
La técnica consiste en establecer un sistema de refuerzo mediante la utilización de unas pequeñas fichas o tarjetitas (gomets, clips, etc.) para premiar las conductas que se desean establecer.
Realizando las conductas que se determinen previamente los alumnos son recompenzados con fichas que posteriormente son intercambiadas por reforzadores materiales y/o sociales que, en un principio se han acordado con los padres.
Para utilizar correctamente el sistema de fichas, previamente y de modo conjunto (padres e hijos) deberán fijar claramente el valor de las fichas o puntos que se otorguen y las conductas que van a ser premiadas. Dichas conductas deben corresponder a aquellas situaciones que el profesor desee implantar en el alumno (disciplina, atención, tarea doméstica, etc).
Las fichas deben tener un valor de intercambio muy claro para el(la) niño(a) y referirse tanto a situaciones gratificantes que se puedan obtener (escuchar durante unos minutos una grabación preferida, ver la tele durante una hora...) como a refuerzos materiales (golosinas, cromos, etc).
Una vez puesto en funcionamiento el sistema inicialmente se debe reforzar con fichas cada vez que ocurre la conducta deseada para motivar al alumno y lograr implementarla. Cuando la conducta ya está adquirida y mantenida, se deberá reforzar de un modo intermitente. Del mismo modo, los intercambios de fichas o puntos deben ser frecuentes en el inicio de la aplicación del programa para, posteriormente, retardar de modo gradual y progresivo el intercambio.
En ella intervienen el reforzamiento positivo (las fichas que el alumno ganará por las respuestas deseadas) y el castigo negativo (las fichas que perderá por hacer conductas no deseadas).
La técnica consiste en establecer un sistema de refuerzo mediante la utilización de unas pequeñas fichas o tarjetitas (gomets, clips, etc.) para premiar las conductas que se desean establecer.
Realizando las conductas que se determinen previamente los alumnos son recompenzados con fichas que posteriormente son intercambiadas por reforzadores materiales y/o sociales que, en un principio se han acordado con los padres.
Para utilizar correctamente el sistema de fichas, previamente y de modo conjunto (padres e hijos) deberán fijar claramente el valor de las fichas o puntos que se otorguen y las conductas que van a ser premiadas. Dichas conductas deben corresponder a aquellas situaciones que el profesor desee implantar en el alumno (disciplina, atención, tarea doméstica, etc).
Las fichas deben tener un valor de intercambio muy claro para el(la) niño(a) y referirse tanto a situaciones gratificantes que se puedan obtener (escuchar durante unos minutos una grabación preferida, ver la tele durante una hora...) como a refuerzos materiales (golosinas, cromos, etc).
Una vez puesto en funcionamiento el sistema inicialmente se debe reforzar con fichas cada vez que ocurre la conducta deseada para motivar al alumno y lograr implementarla. Cuando la conducta ya está adquirida y mantenida, se deberá reforzar de un modo intermitente. Del mismo modo, los intercambios de fichas o puntos deben ser frecuentes en el inicio de la aplicación del programa para, posteriormente, retardar de modo gradual y progresivo el intercambio.
Cuando las conductas se vayan instaurando y consolidando paulatinamente se debe ir espaciando los intervalos de intercambio de tal modo que se produzca una deshabituación progresiva de las fichas y de los reforzadores que obtiene el alumno reemplazando los anteriores reforzadores materiales por reforzadores sociales (elogio, alabanza, sonrisa, aprobación, etc.).
Es posible que tengas varios hijos pero que sólo uno necesite un programa puntos. Cuando esto sucede, el niño que realiza el programa está recibiendo elogios y premios. Esto puede resultar injusto para el otro niño o provocar problemas entre hermanos y celos, sobre todo cuando los dos son más o menos de la misma edad y están en juego premios que ambos desean. En estos casos, lo que se hace es crear un programa de puntos diferente para el niño que en principio no lo necesita, pero que puede empezar a pedir uno en cuanto vea a su hermano conseguir premios o privilegios.
Por ejemplo, si has creado un programa para un niño de 5 años con problemas de comportamiento, y tienes una hija de 3 años que te pide uno, puedes crear un programa para ella y darle puntos por conductas como dormir toda la noche sin orinarse, o cualquier otro comportamiento que desees modificar o mejorar, aunque no suponga un problema.
Aquí les dejo un ejemplo de tabla para la economía de fichas, con algunos ejemplos de tareas que se han de consensuar con los niños/as, al llegar a un acuerdo sobre las tareas, recortaremos las que hayamos elegido y las pegaremos en la tabla.
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