Cuando hablamos de adquisición, nos
estamos refiriendo a que debe darse una situación de aprendizaje y toda
situación de aprendizaje requiere un proceso durante el cual
progresivamente se van incorporando conocimientos, actitudes y hábitos,
es decir, maneras de hacer constantes debido básicamente a la repetición
de las mismas conductas. En este sentido nos referimos a la rutina
diaria como las actividades que el niño realiza diariamente a la
satisfacción de sus necesidades más primarias. Tienen gran importancia,
ya que se repiten regularmente facilitando así la adquisición de
hábitos.
En la escuela existen unas normas comunes para todos: horarios, actividades, etc. Sin embargo no todos los niños y niñas asimilan y actúan de la misma manera, ya que cada uno es diferente a los demás y sobre todo porque, paralelamente a la acción escolar, está la familiar, de la cual han adquirido, previamente a la escolarización, una serie de hábitos, costumbres, normas de comportamiento, valores, etc., propios del sistema familiar en que viven. No obstante, en la etapa de Educación Infantil, escuela y familia inciden en una serie de actividades que aunque se realizan en contextos diferentes son comunes: alimentación, higiene, autonomía y socialización, etc.
La actuación conjunta entre familia y escuela puede favorecer mucho la adquisición de una serie de hábitos en los niños y niñas, básicos para su autonomía y desarrollo posterior. Para ello es importante que los padres y madres conozcan qué objetivos educativos tiene previstos este nivel educativo para la adquisición de esos hábitos básicos, así como para los y las educadores/as también es importante conocer en qué medida un niño o una niña de su clase está habituado, por ejemplo respecto a la alimentación, a comer de todo, si come solo, si ayuda a recoger la mesa, etc., dentro del ámbito familiar, ya que puede ser que en la escuela realice estas tareas y en casa, debido a que los límites son más flexibles, no las haga. El intercambio de información entre padres y profesor-tutor se revela como fundamental.
Los hábito de clase hay que trabajarlos
a diario y es conveniente que estén puestos en la pared o en el corcho
de manera que los alumnos puedan observarlos con facilidad. Aquí dejo
algunas imágenes para que os sirvan de referencia. Cada maestra debe
elegir los hábitos más importantes en primer lugar, e ir añadiendo los
demás poco a poco, a medida que los alumnos van consiguiendo los
anteriores, o desde el principio exponerlos todos y trabajarlos un
poquito en los diferentes momentos (ésta última opción es la que a mí me
gusta más).
Tomado del blog Maestra Infantil
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