Postura:
Es la forma en que se coloca la madre para amamantar.
Las hay diversas, todas sirven y la elección de una u otra dependerá
del lugar, las circunstancias o las preferencias de cada madre.
Posición:
Es la forma en que es colocado el bebé para que mame.
También las hay diversas y todas pueden servir, aunque en función de
las circunstancias unas pueden ser más eficaces que otras. Lo importante
es que nunca ha de doler.
Sobre posturas y posiciones
Lo normal es pasar muchas horas totales al día amamantando, si no
buscamos estar cómodas sufrimos dolor de espalda y las tomas se nos
harán interminables. Es buena idea tener preparado un lugar cómodo para
amamantar durante el día que puede ser por ejemplo un sillón. Es buena
idea disponer también de cojines para poder apoyar los brazos mientras
sujetas al bebé o apoyar al bebé si ocasionalmente necesitas una mano
libre, y en caso de estar sentada, un reposapiés.
Antes se recomendaba a la madre tener la espalda recta y bien
apoyada, con los hombros hacia atrás, pero recientemente se ha
descubierto que los bebés maman mejor cuando la madre está reclinada
hacia atrás. También se puede amamantar estirada. Lo importante es no
amamantar nunca encorvada sobre el bebé. En el cualquier caso es
importante prever un buen apoyo en la zona lumbar y cervical mediante
cojines o similar. A ser posible también en la corva de las rodillas.
Puesto que las tomas de las primeras semanas suelen ser prolongadas,
siempre es recomendable, antes de empezar, el prever de tener a mano
todo aquello que se pueda necesitar (pañuelos, teléfono, mando a
distancia, libro, vaso de agua, etc….).
Posición del bebé al pecho
Aparte de que, para amamantar, la madre disponga de varias posturas
entre las que escoger, también existen distintas posiciones para colocar
al bebé y múltiples combinaciones de ambas.
En cualquier caso y sea cual sea la postura o posición escogida, es importante verificar que el agarre del bebé al pecho,
así como su succión, sean correctos, con la boca bien abierta, los
labios evertidos, la lengua debajo del pezón y con nariz y barbilla
tocando el pecho.
¿Y no se ahogará?
Los bebés nacen con un fuerte instinto de supervivencia, y se apartan
con decisión de cualquier cosa que les obstruya las vías aéreas. De
hecho, cuando un bebé está resfriado y la mucosidad retenida en la nariz
le impide respirar por ésta, se aparta del pecho echando la cabeza
hacia atrás por no poder mamar y respirar por la boca al mismo tiempo.
No es necesario pinzar el pecho con los dedos ni apartar la nariz del
bebé. La característica “naricilla chata” de los bebés les permite
respirar por los orificios nasales aunque tengan el rostro literalmente
pegado al pecho materno.
El agarre espontáneo y la postura biológica
Igual que todas las demás crías de mamíferos nuestro bebé es capaz de
alcanzar el pecho y mamar por sí mismo correctamente si se lo
permitimos.
Todo fluye mejor cuando no se siguen técnicas y dejamos que todo
surja de modo espontáneo. Para ello, debes estar semi-acostada o sentada
con la espalda reclinada hacia atrás, y colocar el bebé boca abajo
sobre ti, con la cabeza situada entre tus pechos descubiertos, de modo
que no quede ni un trozo del cuerpo de tu bebé que no esté en contacto
con el tuyo. No es necesario sujetarlo, solo vigilarlo, porque la propia
gravedad lo mantiene firme.
Permite que tu bebé cabecee, busque y escoja un pecho y golpee
repetidamente con la barbilla hasta prenderse solo. Puede tardar entre
10 y 60 minutos si acaba de nacer, menos de 10 minutos si ya lleva
tiempo mamando. En ocasiones, el tamaño y forma del pecho pueden
dificultar el proceso. Si este es tu caso puedes ofrecerle el pecho
sujetándolo entre los dedos pulgar e índice, como si se tratara de un
sándwich.
La postura ventral, a la que también se la ha denominado de “crianza biológica“,
en contacto directo cuerpo a cuerpo, es la que adoptan instintivamente
todas las crías de primates para mamar. Se ha comprobado que los bebés
humanos pueden mamar con eficacia y sin dañar a su madre en esta
posición aunque tengan alguna limitación mecánica de la succión.
Otras posiciones de la madre para amamantar:
- Sentada
- Estirada
- De pie
- A cuatro patas
Posición del bebé al pecho
Aunque lo más habitual es amamantar sentada o estirada con el bebé
frente a la madre, son muchas las posiciones a las que se puede llegar a
recurrir:
Postura sentada – Posición estirado:
El bebé estirado frente a la madre en contacto con su cuerpo, mamando
de un pecho y con sus pies hacia el otro pecho. Es la más habitual.
Una variante de la posición anterior es
colocar al bebé de forma inversa, también estirado y girado hacia la
madre, pero con los pies hacia el otro lado. Esta variante no es tan
frecuente pero puede ser útil si el bebé rechaza, por la razón que sea
mamar de un pecho. Si se le coloca en el pecho que rechaza del mismo
modo en que mama del otro, es posible que lo acepte.
Postura sentada – Posición “de rugby”: El cuerpo del bebé pasa por debajo del brazo de la madre y sus pies apuntando a la espalda.
Esta posición es muy útil para drenar los
conductos que se encuentran en la cara externa de los pechos y así
prevenir, o si es el caso curar, posibles obstrucciones o mastitis que,
aunque puede darse en cualquier zona del pecho, suelen ser más
frecuentes en ésa.
Tanto las posición estirada como la “de
rugby” funcionan perfectamente bien si la madre, en vez de estar
sentada, está colocada en postura semi-reclinada.
Postura sentada – Posición caballito: En esta posición el bebé está sentado a horcajadas sobre una de las piernas de su madre.
Aunque poco frecuente, esta posición
puede ser muy útil con bebés con dificultades para fijar el pecho, bien
por retrognatia (maxilar inferior corto o retraído) u otras causas.
En esta posición conviene que, al
introducir el pecho en la boca del bebé, el pezón apunte “hacia arriba”
en dirección a su paladar, de forma que una buena porción de pecho
descanse sobre el labio inferior facilitando el agarre.
Postura estirada – Posición estirado
(en paralelo): En este caso tanto la postura como la posición son
frecuentes ya que de este modo se facilita el descanso de la madre. Es
especialmente útil si la madre todavía siente molestias tras el parto,
sobre todo si ha sido sometida a una episiotomía o cesárea.
También es muy útil para amamantar por las noches o si simplemente se quiere descansar un rato.
Postura estirada – Posición estirado
(en paralelo inverso): En este caso la posición del bebé es menos
frecuente que la anterior pero hay madres que se sienten cómodas con
ella y también puede ser útil, igual que la postura “a cuatro patas”, en
caso de obstrucciones o mastitis agudas localizadas en la parte
superior del pecho.
Postura “a cuatro patas” – Posición “boca arriba”: Esta postura es poco frecuente en el amamantamiento diario.
Pero se trata de un recurso a utilizar en
el supuesto de que la madre tenga una obstrucción o mastitis aguda
localizada en la parte superior del pecho, ya que de ese modo se
facilita el drenaje de esos conductos.
Todas estas posiciones son propias de bebés con una autonomía de
movimientos todavía muy limitada. Los bebés más mayorcitos pueden mamar
cómodamente en las posiciones más inverosímiles.
Lo importante es saber que no existe una única postura o posición
correcta apta para todos los binomios madre / hijo, sino que cada
binomio tendrá que buscar las posturas y posiciones que mejor se adapten
a sus mutuas preferencias y también a las características físicas de
ambos.
Cómo colocar el bebé al pecho paso a paso
- La madre se sitúa en la postura elegida apoyando bien espalda y pies.
- Se acerca el niño al pecho allí donde quede éste sin desplazarlo.
- Se coloca al bebe perpendicular a la orientación del pezón.
- Se enfoca nariz – pezón.
- Antes de abrir la boca, sin necesidad de ladear, doblar o girar el cuello, el pezón ha de estar frente a la nariz del bebé.
- Cuando abre la boca, acercar al bebé con rapidez y decisión al pecho.
- Madre e hijos han de quedar cuerpo contra cuerpo (frente a frente)
- El pezón ha de quedar apuntando al paladar del bebé.
- Nunca el pecho ha de ir hacia el bebé, es el niño el que va hacia el pecho.
- La cabeza del bebe no ha de quedar en el hueco del codo, sino en el antebrazo.
- La madre no sujeta al bebé por las nalgas con esa mano, sino que ésta queda a mitad de la espalda, aunque puede sujetarlo con la otra.
- Es recomendable evitar el uso de ropa o mantas que aumenten la distancia del bebe al pecho.
Signos de buena posición
- La cabeza y el cuerpo del bebé están en línea recta.
- La cara del bebé mira hacia el pecho.
- La madre mantiene el cuerpo del bebé cerca de ella.
- Si el bebé es un recién nacido, la madre lo envuelve en un abrazo. No lo sujeta solamente de la nuca y los hombros.
Signos de buen agarre
- El mentón y la nariz del bebé están cerca del pecho de la madre.
- Los labios del bebé están evertidos, sobretodo el inferior bien doblado hacia abajo.
- La boca del bebé está bien abierta.
- Se observa más areola por encima de la boca del bebé que por debajo (agarre asimétrico).
Signos de buena succión
Al inicio la succión es rápida y superficial. Después de alrededor de
un minuto cambia a succiones lentas y profundas, con pausas
intermedias. El ritmo normal de la succión de un recién nacido es de
ciclos encadenados de 10 a 30 succiones en los que el bebé respira con
normalidad sin necesidad de interrumpir la succión. Si tu bebé realiza
de 3 a 5 succiones consecutivas, seguidas de una pausa de la misma
duración del episodio de succión para poder respirar, probablemente
tenga una succión inmadura y ello pueda causar dificultades para que se alimente bien.
Lo normal es que si hay silencio ambiental puedas escuchar como traga
durante unos minutos en cada toma mientras observas un movimiento
mandibular amplio que denota que está tragando.
Además podrás ver que:
- La lengua del bebé está debajo de la areola.
- Se observa un movimiento en el punto de articulación de la mandíbula.
- La mejillas no se hunden, sino que se ven redondas y llenas.
A tener en cuenta
La posición del niño al pecho es uno de los aspectos que más influyen en el éxito de la lactancia.
La lactancia materna es un proceso activo por parte de sus dos
protagonistas, madre e hijo. Por un lado la leche no espera
pacientemente en el pecho a que alguien la saque, sino que es empujada
por la acción de una hormona, la oxitocina. El bebé tampoco es pasivo,
no espera con la boca abierta a que le caiga la leche que gotea sola,
sino que tiene que hacer unos movimientos de succión determinados para
obtener toda la leche que necesita. Para que todo este proceso sea
óptimo, la posición y la succión del bebé ha de ser correcta y la lengua
tiene que tener total movilidad ya que pueden surgir problemas si el frenillo sublingual es corto.
Ir alternando diversas posiciones facilita el correcto drenaje de
todos los conductos del pecho y previene la aparición de obstrucciones y
mastitis.
La lactancia materna no es un proceso totalmente instintivo en el ser
humano sino que precisa de un aprendizaje social. Ver a otras madres
amamantar correctamente a sus hijos facilita que el propio bebé mame en
posición adecuada.
Se ha observado que, cuando en el mismo momento de nacer (antes de
lavarlo, pesarlo, practicar profilaxis oftálmica o cualquier otra
maniobra; a veces incluso antes de cortar el cordón) un recién nacido es
colocado desnudo sobre el cuerpo desnudo de su madre, y se le deja con
ella durante dos horas sin interrupciones, casi todos los bebés se
arrastran por si mismos hacia el pecho, localizan el pezón y maman de
forma espontánea en posición correcta, en un momento variable entre unos
20 minutos y algo más de una hora después del parto.
Sin embargo, también se ha observado que muchos recién nacidos no
consiguen mamar correctamente si están bajo los efectos de la peridural
administrada a la madre durante el parto, o si son separados de la madre
durante más de 20 minutos (entre el minuto 20 y 40 postparto), aunque
luego les vuelvan a dejar en contacto con la madre. Cuando coinciden
ambos factores (peridural y breve separación) casi ningún recién nacido
logra mamar en posición correcta.
Los factores que favorecen la posición correcta del bebé al pecho son:
- Una buena información de la madre.
- El inicio temprano de la lactancia materna.
- Evitar el uso de chupetes y biberones para prevenir el Síndrome de Confusión de Pezón.
- Apoyo profesional durante la estancia hospitalaria.
Los signos y síntomas de un Síndrome de Posición Inadecuada pueden ser:
- Mejillas hundidas, succión rápida y ruidosa, movimientos periorales.
- Dolor y grietas en los pezones.
- No soltar el pecho por si mismo.
- Ingurgitación, a veces mastitis.
- Reflejo de eyección intenso y repetido.
- Atragantamiento, a veces rechazo del pecho.
- Vómitos y regurgitaciones.
- Escaso aumento de peso.
- Tomas frecuentes y prolongadas (las tomas de más de una hora que casi se empalman unas con otras, pueden ser normales en algunos niños de pocas semanas, pero también pueden ser indicio de mala posición, por lo que ante la duda es conveniente verificar la posición y la succión del bebé).
Los signos de un Síndrome de Confusión de Pezón debido a la interferencia de chupetes y biberones pueden ser:
- El bebé se “pelea” con el pecho en algunas tomas, parece nervioso, confundido y acaba agarrándose correctamente después de un rato que parece que no lo consigue. Es posible que al principio lo haga solo en alguna toma, pero si la interferencia con tetina sigue lo normal es que acabe haciéndolo en todas las tomas y que incluso en algunas no logre cogerse al pecho, hasta que deje de mamar por completo.
- Cuando se agarra la boca del bebé esta muy cerrada, solo es capaz de abarcar el pezón y no la areola.
- Y la posición y movimientos de la lengua difieren, el bebé tiende a mover la lengua delante del pezón en vez de colocarla debajo.
Algunos factores físicos, tanto por parte del bebé (frenillo lingual
corto, retrognatia, ….) como de la madre (tamaño y orientación del pecho
o el pezón, …) pueden dificultar un correcto agarre del bebé al pecho.
En algunos casos habrá que intervenir externamente (cortar el frenillo
corto), en otros es posible que el problema solo se de en según que
posiciones. Si éste es el caso será cuestión de identificar qué posición
es la más adecuada a ese binomio madre / hijo.
Los pezones planos o invertidos no tienen por qué ser un obstáculo
para una correcta posición, ya que el bebé mama de la areola, no del
pezón.
El uso de pezoneras puede ser útil en algunos casos difíciles en los
que el bebé es incapaz de agarrar el pecho de cualquier otro modo, pero
también puede ser causa de otros problemas, como bajada de producción de
leche, por lo que su uso ha de ser muy prudente.
Hacer “la pinza” o sea sujetar el pecho entre los dedos índice y
corazón, puede ser factor de riesgo para una mala posición y succión, ya
que impide al bebé abarcar bien el pecho con la boca. También puede
aumentar el riesgo de obstrucciones. Si hubiera que sujetar el pecho con
una mano, mejor hacerlo con el pulgar y el índice colocados “en forma
de C” arriba y debajo de la areola y sin comprimir el pecho.
Reconducir una posición o succión inadecuada hasta conseguir una
lactancia materna exitosa y satisfactoria es posible, con información,
paciencia y apoyo adecuados.
Bibliografía:
- La lactancia materna. Lawrence, R.A. Mosby / Doyma Libros, S.A. Madrid 1996
- Lactancia materna. Manual para profesionales. Royal College of Midwives. ACPAM. Barcelona 1994
- La lactancia materna. Aguayo, J. Universidad de Sevilla. Sevilla, 2001
- Manual práctica de lactancia materna. ACPAM. Barcelona, 2004
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