La motricidad se refiere a la capacidad de controlar los movimientos del cuerpo. En ella, intervienen todos los sistemas de nuestro cuerpo y va mas allá de la realización de movimientos y gestos. Incluye ademas la espontaneidad, la creatividad, etc.
Al nacer el niño sus movimientos son involuntarios e inconscientes. A medida que van creciendo van volviéndose movimientos intencionados pero con muy poca coordinación hasta que ya son completamente capaces de coordinar y dirigir todos los movimientos.
Una de las primeras manifestaciones de la motricidad es el juego, que poco a poco se va haciendo mas complejo con los estímulos y experiencias, lo que hace que los movimientos cada vez sean mas coordinados.
La motricidad se relaciona con todos los movimientos que de manera coordinada y voluntaria realiza el niño con pequeños y grandes grupos de músculos. Estos movimientos constituyen la base para adquirir el desarrollo de las áreas cognitivas y del lenguaje.
El ritmo de evolución, como siempre, varia de un niño a otro. Cada niño lleva su propio ritmo y su desarrollo.
Los niños desarrollan dos tipos de motricidad a la vez: la fina y la gruesa.
Motricidad Fina
Este tipo de motricidad se centra en movimientos mas precisos que requieren una mayor coordinación ejecutada por un grupo de músculos más pequeños, por ejemplo la coordinación óculo-manual (ojo-mano) que se realiza al coger un lápiz y colorear
Para este tipo de motricidad se necesita un mayor desarrollo muscular y del sistema nervioso.
Los bebés cuando son pequeños, les cuesta mucho sujetar los juguetes o cogerlos, por que aun no tienen desarrollada este tipo de motricidad; poco a poco van siendo capaces de hacer movimientos mas coordinados.
Este tipo de motricidad es muy importante para poder experimentar con el entorno que les rodea y para ir adquiriendo una mayor capacidad intelectual.
Motricidad Gruesa.
La motricidad gruesa es aquella que hace referencia a todas las acciones que implican movimientos amplios y por ende a grandes grupos de músculos, refiriéndose a movimientos que implican a todo el cuerpo o parte de el. Guarda relación con la coordinación general, el tono muscular, el equilibrio del cuerpo, la posición, agilidad, fuerza, etc.
Este tipo de motricidad es vital para el desarrollo integral del niño, incluyendo los movimientos de brazos, piernas, espalda, abdomen; permitiendo al niño se mueva y se desplace para explorar y conocer el mundo que le rodea.
- Pintar
- Punzado
- Pegar
- Rasgar
- Coger cosas con la yema de las manos o con dos dedos (la pinza)
- Amasar
- Señalar partes del cuerpo
- Subir y bajar escaleras
- Realizar recorridos sobre linea
- Bailar en diferentes ritmos
- Ejercicios de balanceo
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